miércoles, 14 de mayo de 2014

Piedra sobre Piedra

Camino sobre las grietas que sucumben bajo mis pies, las ruinas quedan justo a mis talones, un paso por detrás de mí. Tengo que seguir avanzando para que no me atrapen.
Quemo etapas a cada paso que doy, avanzo sin miedo, sin mirar atrás pero sin olvidar lo aprendido, lo bueno y lo malo, siguiendo el camino que desde pequeño me han enseñado.Nunca he escogido el camino asfaltado, avanzo por senderos pedregosos difíciles de transitar, es lo que me corresponde por haber nacido en Ferrol, por criarme en una ciudad agrietada, que a su manera, sucumbe y resurge a su autodestrucción.
No preguntes, no tiene explicación lógica, amamos tanto nuestra ciudad que somos capaces de destruirla por el solo placer de volver a construirla. Y si lo hacemos no eliminaremos esos errores, esas ruinas, esos defectos, porque son nuestras virtudes, nuestro orgullo y nuestra identidad.
Cuanto paralelismo encuentro en la distancia con mi otra ciudad, esa que Rafael pisó muy joven, donde solo el sabe lo que sufrió y disfrutó, de ello solo guardo el recuerdo de esas cintas de casette archivadas en el cajón del mueble de la televisión, una caja de puros que en su interior solo conserva recuerdos mas cercanos y algunas palabras que volvieron a sonar.
Sufrir por lo nuestro, amar ruinas que esconden recuerdos, ilusiones y esplendor de otras épocas, casas de indianos con palmeras a este lado del atlántico, tan frío y lluvioso como calido y tormentoso se vuelve al tocar la Havana, dos hermanos separados, diferentes pero iguales.
Quien sabe, quizá algún día esos sueños serán realidad y alguien disfrutará lo que muchos soñamos.