sábado, 16 de mayo de 2009

SENTIMIENTOS

Todo el mundo hablaba de ella, era objeto de deseo, fascinaba por su belleza y su exotismo. El simple hecho de pronunciar su nombre hacía que la conversación cambiase de tono, algunos presumían de haberla conocido y despertaban la envidia de los que no se atrevían a acudir a una cita con ella. La primera vez que la vi fue en una fotografía, lucía su mejor modelo, la luz incidía directamente y se reflejaba en ella dejando ver a todos su hermosura. Creo que ese dia me enamoré de ella, pero como suele suceder las estrellas siempre están lejos y son casi inalcanzables. Así fue como fueron pasando los años, y mi amor por ella iba creciendo, la veía coquetear con otros, muchos le juraban amor eterno y ella les hacía creer que tenían opciones de conquistarla, pero eran amores pasajeros, yo esperaba mi oportunidad, sabía que un día nos encontraríamos cara a cara y podría decirle lo que siento por ella.
Y por fin ese día llegó habían pasado muchos años y ya no era la favorita de los que años atrás presumían de su compañía, el sol no la iluminaba como antes y su belleza se desmoronaba. Las revistas no cesaban de hablar de su largo y tortuoso romance que la había llevado a una vida desordenada y a rozar la locura. Ahora cuando ocupa las portadas de las revistas suele ser por desastres y escándalos, ya no la adoran y sacan sus trapos sucios siempre que pueden.
Pero yo sabía que tras sus cicatrices se escondía esa belleza que había conocido años atrás en fotografías. Así que un 29 de junio de 2004 esa cita soñada se convirtió en realidad, estaba nervioso, no sabía si ella me iba a aceptar, no sabía que decirle, pero sabía que cuando estuviesemos cara a cara no harían falta las palabras. Y así fue, ella me recibió con un cálido beso y sus lágrimas mojaron mi cara, en ese momento le juré amor eterno.
Hoy han pasado cinco años desde nuestro primer beso, nos hemos querido y nos hemos odiado, pero nunca nos hemos olvidado.
Muchas veces la gente busca en la razón la explicacíon a todas las cosas y a veces la razón no es la que nos guía, así que no busquéis una explicación lógica a mi amor por LA HAVANA.

4 comentarios:

  1. Lo siento Fran, pero no puedo escapar de la razón para explicar según qué cosas. Tal vez sea por mi formación, o tal vez porque soy así desde que nací, pero siempre me ha gustado la demostración empírica de las realidades que nos envuelven.
    Pero claro, tú hablas del amor, del amor a una ciudad, a una chica, a todas las chicas o mejor aún, a una forma de sentir la vida. Y evidentemente que es irracional, no creo que nadie trate de buscar una explicación lógica o no a tú amor por la Havana. Eso sí, yo sí que sé porque dices estar enamorado de ella, porque yo también la sentí susurrándome al oído pidiéndome que la amase, y yo también la amé, fugazmente la amé.
    Y no consigo entender cómo es posible que el amor perdure, porque todos mis amores se han ido, a veces poco a poco a veces a toda velocidad. Creo que es culpa mía que nunca supe cuidarlos como se merecían, pero en cambio tú sí, tú sí que sabes cuidarlos, desde que te conozco siempre has estado enamorado, fugazmente o no pero siempre enamorado.
    Es cierto también, que ella tiene todo lo que no tienen las demás, y aunque aparezca fea y desnutrida, tú amor irracional siempre la cubrirá de rosas que la harán guapa. El problema Fran, es cuando nos juramos amor eterno, pero cuando lo hacemos de verdad, cuando nos implicamos, cuando nos levantamos juntos desaliñados y sin rosas alrededor, esos martes y miércoles y jueves que componen nuestra cotidiana realidad. Desgraciadamente no siempre es Viernes de Verano, y las mejores relaciones son las que vivimos cada día de lunes a domingo, y otra vez lunes, y un nuevo lunes, y lunes y lunes y lunes, ese día a día que hace que nos amemos incluso después de odiarnos, y Fran para lograr amar, para lograr amar irracionalmente, es necesario amar después de odiar. Tú dices que la has odiado, pero yo creo que no, que nunca la has llegado a odiar, has odiado a sus hijas pero no a ella, eso Fran, no lo vivirás hasta que un lunes de invierno decidas irte a vivir con ella, y al otro lunes os despertéis juntitos, y al otros lunes, y un lunes más, y uno más y otro más, y otro lunes más, y uno más, y otro más, y otro más y un lunes más, y más……
    Entonces y solo entonces podrás decir que la amas irracionalmente, mientras tanto solo será una amante de fin de semana, una follamiga que te divierte pero que nunca llegaras a amar, porque nunca te comprometerás lo suficiente como para compartir tu vida con ella.

    Lo siento Fran… la verdad es que empecé a escribir y me ha quedado esto…., igual soy demasiado crítico, igual no lo pensé demasiado, pero bueno, esto es lo que hay.

    ResponderEliminar
  2. No ha sido un rollo es la irracionalidad de la razón, asi que me alegro de tu crítica, desde luego que nunca he buscado la comprensión de los demas en mis actos siempre y cuando yo los esntienda, como tampoco busco entender otros compartamientos que yo no entiendo, eso es lo bonito del amor que solo uno lo entiende. Por eso aunque en algún momento me he metido con algunos amigos (siempre desde la buena fe)se que en el fondo ellos tienen su razón dentro de su irracional amor

    ResponderEliminar
  3. Un poco de razón en todos, digo yo usando las palabras de Martí: Viví en el monstruo y le conozco las entrañas.
    Se enamoran de la Habana los que están de paso, los que saben de un abrazo de aeropuerto y abrazos de te necesito no hay nadie más. Es una amalgama de pasiones la Habana y embruja cuando no se le conocen las mañas. Uno se prenda de un balcón donde viven cuatro familias, de las grietas eternas donde crece un framboyán, del caminar despreocupado de su gente y esa eterna desfachatez que ama el ocio y el chisme de portal. Fran: Luego no me digas que no te dije

    ResponderEliminar